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El tratamiento de las neoplasias malignas es un problema difícil y, a menudo, irresoluble. Hoy en día, especialistas de todo el mundo están desarrollando e implementando sistemas de protocolos para el tratamiento eficaz de tumores malignos. La esencia de estos sistemas de protocolo es que todos los diagnósticos específicos, teniendo en cuenta su ubicación y magnitud del daño, tienen un régimen de tratamiento específico, que incluye un método de tratamiento o una combinación de ellos, realizado en estricta secuencia.

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La elección del régimen de tratamiento se realiza en la etapa de planificación, pero no se modifica más; los médicos siguen estrictamente el protocolo elegido. Las dificultades en el tratamiento de pacientes con tumores malignos están asociadas con las características biológicas y los patrones de crecimiento y desarrollo de estos tumores.

Características clínicas de las neoplasias malignas que son fundamentales para el resultado de la enfermedad:

  • crecimiento infiltrante, autónomo, ininterrumpido;

  • propagación intensiva por vía linfógena;

  • Metástasis hematógena rápida.

La diseminación directa de células cancerosas es la base de la generalización del proceso.

Figura 1. La lengua es una localización típica del proceso oncológico en la cavidad bucal.

Los factores anteriores determinan los principios fundamentales de la terapia antitumoral:

  • resección o destrucción completa y exhaustiva de la lesión primaria;

  • impidiendo la progresión del crecimiento tumoral, deteniendo la diseminación de las células tumorales.

Los patrones y características del proceso oncológico están determinados, además de las características biológicas del tumor, también por el estado general del organismo, que sufre de una forma u otra en pacientes con neoplasias malignas.

Cosas a considerar al planificar el tratamiento para el cáncer:

  1. La presencia de patología concomitante en el paciente.

  2. La adición de diversas complicaciones asociadas con el desarrollo de un proceso maligno (alteración o ausencia del funcionamiento normal de un órgano afectado por el proceso patológico, desarrollo de anemia, intoxicación).

  3. Desarrollo de complicaciones de enfermedades concomitantes en el contexto del proceso tumoral.

  4. Disminución del nivel de inmunidad.

Figura 2. Examen obligatorio de la mucosa bucal en la cita con el dentista.

Elección de tácticas de tratamiento.

Para tomar la decisión correcta sobre las tácticas de tratamiento, es necesario recopilar la información más completa sobre los signos clave del tumor:

  • topografía de la lesión primaria, sus límites en relación con los órganos;

  • tipo de crecimiento tumoral: endofítico, exofítico, mixto;

  • características morfológicas (grado de diferenciación, identidad histológica);

  • etapa de la enfermedad (profundidad de la lesión y tamaño del foco patológico, localización de órganos relativamente sanos, estado de los ganglios linfáticos);

  • el estado del cuerpo del paciente.

Clasificación del tratamiento según el objetivo:

  • radical;

  • paliativo;

  • sintomático.

El tratamiento radical implica la eliminación completa del foco patológico. Es importante tener en cuenta el hecho de que el concepto de radicalismo en la práctica oncológica tiene un significado relativo, ya que es imposible determinar con precisión los límites del proceso maligno. No existe ningún método de investigación que permita verificar la ausencia de diseminación “oculta” del tumor.

El tratamiento paliativo es un tipo de tratamiento en el que curar la enfermedad es obviamente imposible debido a diversas razones, la mayoría de las veces asociadas con la diseminación del tumor.

La terapia sintomática no implica obtener un resultado antitumoral, se concentra en eliminar o atenuar los síntomas, aliviar la condición del paciente y prevenir complicaciones.

Los métodos de terapia radical y paliativa tienen como objetivo afectar directamente a las células tumorales; todos se pueden dividir en los siguientes grupos:

  • acción local-regional: tratamiento quirúrgico, tratamiento radiológico, perfusión de fármacos quimioterápicos;

  • tipo general de acción: terapia hormonal, quimioterapia sistémica;

  • Acción auxiliar antitumoral: inmunoterapia, factores radiomodificadores (hiperoxigenación, hiperglucemia, hipertermia).

Los factores radiomodificadores son un conjunto de efectos que mejoran la eficacia del efecto antitumoral de otros métodos de tratamiento. El uso de oxigenación, hipertermia local y general, oxidación del tumor mediante la saturación del torrente sanguíneo con grandes dosis de glucosa aumenta el efecto necrobiótico de la radioterapia y las soluciones quimioterapéuticas sobre el tejido tumoral.

Figura 3. Cirugía.

En las últimas décadas, el uso de varios métodos terapéuticos a la vez en el tratamiento de neoplasias malignas, su combinación simultánea o secuencial, ha demostrado su eficacia.

  1. El tratamiento combinado implica el uso de dos métodos de tratamiento fundamentalmente diferentes (cirugía y radiación ionizante; cirugía y quimioterapia; radiación ionizante y quimioterapia).

  2. El tratamiento complejo implica combinar los tres métodos de tratamiento (quirúrgico, radiológico, quimioterapia).

  3. El tratamiento combinado implica una combinación de dos técnicas fundamentalmente similares, pero que difieren en el mecanismo de acción (el uso de varios medicamentos de quimioterapia con diferentes principios de acción; una combinación de irradiación externa e intersticial).

Principios y algoritmos del tratamiento quirúrgico.

Durante el tratamiento de neoplasias malignas, los pacientes con cáncer pueden someterse a intervenciones quirúrgicas de carácter diagnóstico y terapéutico.

A su vez, las intervenciones terapéuticas se pueden dividir en los siguientes tipos:

  • radical,

  • condicionalmente radical,

  • preservación de órganos,

  • sintomático,

  • conjunto,

  • paliativo,

  • rehabilitación,

  • restaurativo,

  • el plastico,

  • estético.

Una biopsia es un procedimiento quirúrgico de diagnóstico; se realiza para aclarar el diagnóstico.

El tratamiento quirúrgico tradicional de las neoplasias malignas incluye:

  1. Escisión completa del foco patológico dentro del tejido sano (extirpación de todo el órgano afectado o resección junto con los ganglios linfáticos regionales, vasos y tejido adiposo), guiada por los principios de zonificación de metástasis y "caso" anatómico.

  2. Estricto cumplimiento de la línea de escisión al separar el tumor del órgano. Si hay un tipo de crecimiento tumoral exofítico, se retiran hasta 2 cm del borde del tumor; en el caso de un tipo de crecimiento tumoral infiltrativo, el borde de escisión se desplaza hacia atrás entre 5 y 6 cm.

  3. Examen microscópico de un tumor extirpado: no se deben detectar células tumorales en las partes proximal y distal del fragmento de órgano extirpado con el foco primario.

Principios de aplicación de las radiaciones ionizantes.

La radiación ionizante se utiliza para el impacto local en el área de la neoplasia maligna, así como en la zona regional de metástasis. Los pacientes con un proceso tumoral en el área de la cabeza y el cuello deben someterse a un saneamiento de la cavidad bucal antes de comenzar la radioterapia. Si un paciente requiere una extracción dental, la irradiación no se inicia hasta que el orificio haya cicatrizado por completo.

Figura 4. Administración de radioterapia.

La radioterapia para neoplasias malignas se basa en los efectos biológicos de las radiaciones ionizantes. El grado de transformaciones morfológicas en las células bajo la influencia de la radiación ionizante está determinado por el nivel de diferenciación, la tasa de procesos metabólicos y la actividad mitótica. La radiosensibilidad de las células es mayor cuanto menor es el grado de diferenciación.

Principios del tratamiento de quimioterapia.

El uso de fármacos quimioterapéuticos es muy eficaz en el tratamiento de focos primarios, recaídas y metástasis de neoplasias malignas. La quimioterapia también es eficaz para prevenir la progresión de focos tumorales latentes (sin manifestaciones clínicas) que persisten después de una cirugía no radical.

Figura 5. Paciente sometido a quimioterapia.

El uso de fármacos quimioterapéuticos garantiza la destrucción selectiva y dirigida de las células tumorales. Para ello, se han desarrollado fármacos que tienen un efecto citotóxico o citostático, por esta razón los fármacos de quimioterapia tienen un segundo nombre: citostáticos.

En el tratamiento de neoplasias malignas de cabeza y cuello, la quimioterapia no se utiliza como método de tratamiento independiente, se da preferencia a un enfoque integrado.

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