Inspección rutinaria del canal auditivo y la membrana timpánica después de la artroscopia de la articulación temporomandibular
Traducción automática
El artículo original está escrito en idioma EN (enlace para leerlo).
La artroscopia de la articulación temporomandibular (ATM), aunque considerada una técnica segura por varios autores, no está exenta de complicaciones quirúrgicas, que oscilan entre el 8% y el 23%. Debido a la proximidad de la ATM, se han reportado cambios en el sistema auditivo después de la artroscopia. Las complicaciones otológicas varían desde pequeñas laceraciones en el conducto auditivo externo hasta lesiones graves en la membrana timpánica y el oído medio. Los coágulos de sangre y las laceraciones del conducto auditivo externo son las quejas más comunes. Las laceraciones del canal auditivo pueden ocurrir debido a variaciones anatómicas e imprecisiones en la introducción de trócares/instrumentos. El origen de los coágulos se atribuye a la sangre que fluye hacia el conducto auditivo externo y su adherencia al canal auditivo y/o membrana timpánica. Estos pueden ser parcialmente prevenidos en artroscopias de nivel 1 y 2 utilizando una gasa protectora en el canal auditivo, pero en una artroscopia de nivel 3, al realizar el acceso transtragal, la gasa protectora debe ser retirada y se espera un sangrado menor en el canal auditivo. La mayor parte del tiempo, el cirujano no es consciente de estas complicaciones durante la operación, y solo se notan en los primeros días después de la intervención. En esta carta, los autores describen un método simple y seguro para observar el canal auditivo y la membrana timpánica después de la artroscopia de la ATM para detectar eventuales lesiones inmediatamente después de la cirugía y también para eliminar coágulos de sangre inconvenientes del canal auditivo.
Al completar el tratamiento artroscópico de la ATM, sugerimos introducir el artroscopio en el canal auditivo con la cánula protectora externa y el sistema de irrigación (Fig. 1A). Se puede realizar una irrigación suave para eliminar eventuales coágulos de sangre. A veces, se necesita una irrigación y aspiración más continua para limpiar el canal auditivo. Después de la eliminación de eventuales coágulos de sangre, se recomienda realizar una progresión suave con el artroscopio hasta identificar la membrana timpánica. Se recomienda una observación adecuada. Los autores también consideran importante registrar una fotografía/video, que puede ser eventualmente necesario por consideraciones legales. Después de esta inspección, el artroscopio se retira lentamente y se observa el canal auditivo para notar eventuales laceraciones. Se utiliza un artroscopio de 1.9 mm con un ángulo de visión de 30º, que incluye un sistema de video, con una cánula protectora externa de 2.8 mm (Stryker, San Jose, CA, EE. UU.), en nuestra práctica. La irrigación se realiza suavemente con solución de lactato de Ringer, aprovechando la conexión utilizada durante la cirugía. La inspección unilateral dura alrededor de 1 minuto y 30 segundos. Los autores recomiendan atención en esta inspección y realizar una entrada suave y delicada en el canal auditivo para evitar cualquier complicación iatrogénica de esta inspección.
Las complicaciones otológicas después de la artroscopia de la ATM se consideran una causa de incomodidad para el paciente y ansiedad para el cirujano en el período postoperatorio. La técnica presentada en esta carta es un método simple para verificar la integridad del sistema auditivo después de la cirugía y puede contribuir a la tranquilidad del cirujano y del paciente. Comenzamos a implementar esta técnica de manera rutinaria después de la artroscopia de la ATM, y actualmente, se han verificado más de 100 oídos con este enfoque. Hasta ahora, los autores no han observado alteraciones en la membrana timpánica o en el canal auditivo. A veces, se reportan hallazgos accidentales, como se demuestra en la Fig. 1B. Una paciente femenina de 24 años se sometió a una artroscopia bilateral de la ATM. Durante la inspección de la membrana timpánica, los autores encontraron cambios en la membrana y refirieron a la paciente a otorrinolaringología. El diagnóstico fue meringoesclerosis (es decir, calcificación de placas en la membrana timpánica). Aparte de esas raras y inesperadas situaciones, la mayoría de los casos presentaron coágulos de sangre, que fueron fácilmente eliminados con irrigación suave. En la artroscopia de la ATM de nivel 1, dado que el riesgo de laceraciones en la membrana timpánica y el canal auditivo es muy reducido y, a veces, el cirujano de la ATM puede tener poca experiencia con el artroscopio, los autores no recomiendan realizar esta inspección de manera rutinaria, excepto cuando se observa sangrado intraoperatorio, lo que puede llevar a una posible presencia de coágulos de sangre en el canal. En las artroscopias de la ATM de nivel 2 y 3, recomendamos encarecidamente realizar esta inspección.
Reforzamos la importancia de recibir una capacitación adecuada en artroscopia, especialmente para aquellos que no realizan este procedimiento de manera regular, ya que puede llevar a daños iatrogénicos inesperados en la membrana timpánica y el canal auditivo externo.

Para resumir, las principales ventajas de esta técnica son: (1) detección temprana de una eventual complicación; (2) eliminación de coágulos de sangre inoportunos en el canal auditivo; y (3) documentación de la ausencia de lesiones (para protección médica). En general, la inspección de la membrana timpánica y el canal auditivo después de la artroscopia de la ATM es un refinamiento quirúrgico simple y seguro, que permite la detección temprana de eventuales complicaciones artroscópicas.
Referencias:
D.F. Ângelo, R.A.D. Araújo, D. Sanz, Complicaciones quirúrgicas relacionadas con la artroscopia de la articulación temporomandibular: un análisis prospectivo de 39 procedimientos de un solo portal frente a 43 de doble portal, Int. J. Oral Maxillofac. Surg. 50 (2021) 1089–1094, https://doi.org/10.1016/j.ijom.2020.07.020.
R. González-García, F.J. Rodríguez-Campo, V. Escorial-Hernández, M.F. Muñoz-Guerra, J. Sastre-Pérez, L. Naval-Gías, J.L. Gil-Díez Usandizaga, Complicaciones de la artroscopia de la articulación temporomandibular: un estudio analítico retrospectivo de 670 procedimientos artroscópicos, J. Oral Maxillofac. Surg. 64 (2006) 1587–1591, https://doi.org/10.1016/j.joms.2005.12.058.
M. Tsuyama, T. Kondoh, K. Seto, J. Fukuda, Complicaciones de la artroscopia de la articulación temporomandibular: un análisis retrospectivo de 301 procedimientos de lisis y lavado realizados utilizando la técnica de triangulación, J. Oral Maxillofac. Surg. 58 (2000) 500–505, https://doi.org/10.1016/s0278-2391(00)90010-7. ; discusión 505-6.
S.K.R. Chowdhury, V. Saxena, K. Rajkumar, R.A. Shadamarshan, Complicaciones de la artroscopia diagnóstica de la ATM: un estudio institucional, J Maxillofac Oral Surg 18 (2019) 531–535, https://doi.org/10.1007/s12663-019-01202-3.J. Fernández Sanromán, A. Costas López, M. Fernández Ferro, A.L. de Sánchez, B. Stavaru, J. Arenaz Bua, Complicaciones de la artroscopia de la articulación temporomandibular utilizando tecnologías de coblación de dos portals: un estudio prospectivo de 475 procedimientos, J. Cranio-Maxillo-Fac. Surg. 44 (2016) 1221–1225, https://doi.org/10.1016/j.jcms.2016.06.027.
D.F. Ângelo, A. Moreira, D. Sanz, R. São João, Cambios auditivos después de la artroscopia de la articulación temporomandibular: un estudio prospectivo, Int. J. Oral Maxillofac. Surg. 50 (2021) 1491–1495, https://doi.org/10.1016/j.ijom.2021.02.013.
B. Schickinger, W. Gstoettner, C. Cerny, J. Kornfehl, Fisura petro-timpánica variante como posible causa de una complicación otológica durante la artroscopia de la ATM. Un informe de caso, Int. J. Oral Maxillofac. Surg. 27 (1998) 17–19, https://doi.org/10.1016/s0901-5027(98)80089-1.
Para continuar aprendiendo y acceder a todos los demás artículos, entre o cree una cuenta