Manifestaciones orales de enfermedades virales: Influenza, Sarampión, Adenovirus, Rubéola. Etiología, Epidemiología, Patogénesis, Características clínicas, Complicaciones, Diagnóstico, Tratamiento.
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Entender el vínculo entre las infecciones virales y la salud oral es crucial para los profesionales dentales. Enfermedades virales como la influenza, el sarampión, el adenovirus y la rubéola pueden causar síntomas orales distintos, lo que puede ayudar en el diagnóstico e impactar el tratamiento. Este resumen cubre la etiología, epidemiología, patogénesis, características clínicas, complicaciones, diagnóstico y tratamiento de estas infecciones virales, destacando sus manifestaciones orales y las implicaciones para el cuidado del paciente.
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Influenza
La influenza es una enfermedad infecciosa aguda altamente contagiosa caracterizada por síntomas de intoxicación específica e inflamación de las vías respiratorias superiores.
Etiología de la Influenza
La influenza es una infección respiratoria aguda causada por virus de ARN de la familia Orthomyxoviridae. Estos virus se clasifican en tres tipos antigénicamente distintos: A, B y C.
Epidemiología de la Influenza
La influenza ocurre en todo el mundo y es conocida por su tendencia a propagarse en epidemias y pandemias. Durante los períodos no epidémicos, la enfermedad persiste a través de casos esporádicos y brotes localizados. La fuente principal de infección es una persona infectada, que se vuelve contagiosa desde el final del período de incubación hasta la fase febril. La transmisión ocurre exclusivamente a través de gotas en el aire. Los bebés en sus primeros meses de vida son relativamente resistentes al virus debido a la inmunidad materna. Sin embargo, en ausencia de anticuerpos maternos protectores, incluso los recién nacidos pueden ser susceptibles a la infección.
Después de una infección por influenza, se desarrolla una inmunidad duradera y específica por tipo. Las reinfecciones suelen ocurrir debido a la exposición a nuevos serovares del virus de la influenza.
Patogénesis de la Influenza
La patogénesis de la influenza se caracteriza por los efectos epitelio-tóxicos y sistémicos del virus. Una vez que el virus entra en la mucosa de las vías respiratorias superiores, invade las células epiteliales, donde se replica, causando daño celular que puede llevar a distrofia y necrosis. Los autoantígenos, junto con los antígenos virales, inician reacciones autoinmunes citotóxicas locales mediadas por linfocitos T. Estas reacciones tienen como objetivo eliminar las células infectadas y los antígenos virales. Morfológicamente, esto se manifiesta como inflamación localizada, mientras que clínicamente se presenta como inflamación de las vías respiratorias superiores.
Desde el sitio inicial de la infección, el virus entra en el torrente sanguíneo, ejerciendo efectos tóxicos sistémicos y suprimiendo tanto la inmunidad celular como la humoral. Su impacto tóxico se dirige principalmente al sistema nervioso central (SNC).
Características Clínicas de la Influenza
El período de incubación varía de unas pocas horas a 2–4 días. El inicio de la enfermedad es abrupto, con un aumento repentino de la temperatura corporal a 39–40°C, escalofríos, mareos, debilidad general, fatiga y dolor en los músculos y las articulaciones. Los niños pueden quejarse de dolores de cabeza y dolor en la zona de los ojos. Los síntomas comunes incluyen pérdida de apetito, trastornos del sueño, delirios, náuseas y vómitos. En casos severos, se observan rubor facial, inyección de los vasos esclerales y hiperemia de las amígdalas y el paladar blando.
Cambios específicos en la mucosa oral incluyen:
- Estomatitis catarral: Hiperemia prominente, parestesia y sensaciones de ardor en la cavidad oral.
- Para el primer o segundo día, aparecen lesiones rojas punteadas que se asemejan a semillas de mijo en el paladar blando debido a la hiperplasia de los conductos epiteliales de las glándulas salivales.
- Pueden ocurrir cambios más pronunciados en el paladar blando, la úvula y los arcos tonsilares, extendiéndose ocasionalmente a las mejillas, la lengua y las encías.
En algunos casos, puede aparecer hiperemia severa, petequias o descamación del epitelio oral. Estos signos podrían ir acompañados del desarrollo de pequeñas vesículas hemorrágicas que se rompen, formando erosiones de color rojo brillante o aftas.
Para el tercer o cuarto día, la hiperemia y la granularidad del paladar blando son reemplazadas por inyección vascular y hemorragias petequiales, que generalmente desaparecen para el séptimo u octavo día.
Complicaciones de la Influenza
Durante las etapas avanzadas, pueden formarse grandes vesículas de paredes delgadas que contienen exudado hemorrágico cerca de la zona de transición del paladar duro y blando o en la mucosa bucal. Estas vesículas se rompen en unas horas a dos días, dejando grandes lesiones sin erosión. En individuos con baja inmunidad, estas lesiones pueden ulcerarse, llevando a estomatitis aftosa o estomatitis ulcerativa necrotizante.
Infecciones bacterianas secundarias pueden agravar la condición, resultando en complicaciones más severas, incluyendo exacerbación de enfermedades periodontales, herpes recurrente o daño a los nervios trigémino y facial. La inmunodeficiencia en las etapas posteriores puede predisponer a los individuos a estomatitis herpética aguda o candidiasis.
Diagnóstico de la Influenza
El diagnóstico de influenza se basa en datos epidemiológicos, historia clínica, manifestaciones clínicas y hallazgos de laboratorio (análisis de sangre, citología, serología, virología y estudios de inmunofluorescencia). Un indicador diagnóstico significativo es la ausencia de interferón y una marcada disminución en los niveles de lisozima en la saliva. Los cambios en la sangre periférica son típicos de procesos inflamatorios agudos.
Tratamiento de la Influenza
El tratamiento de la estomatitis relacionada con la influenza depende del tipo de cambios mucosos (catarrales, erosivos, ulcerativos):
- Estomatitis catarral: Mantener una buena higiene oral y usar enjuagues antisépticos profilácticos.
- Lesiones erosivas y ulcerativas: Usar agentes anestésicos como geles de benzocaína o lidocaína para reducir el dolor, enjuagar con soluciones que contengan clorhidrato de benzydamina o una solución salina suave para aliviar la irritación, aplicar agentes protectores como geles de ácido hialurónico o ungüentos a base de lanolina para cubrir y proteger las lesiones.
Infección por Adenovirus
La infección por adenovirus es una enfermedad respiratoria aguda caracterizada por fiebre, intoxicación moderada e inflamación de la mucosa respiratoria, conjuntiva y tejido linfoide. Esta condición ocupa un lugar significativo en la patología de los niños pequeños. A la edad de cinco años, casi todos los niños han experimentado una infección por adenovirus, con aproximadamente la mitad sufriéndola más de una vez.
Etiología de la Infección por Adenovirus
Los adenovirus son patógenos que contienen ADN, conocidos por su resistencia en entornos externos. Hay 57 tipos identificados de adenovirus, asociados con enfermedades humanas. Los signos iniciales de daño celular, principalmente en el núcleo, se manifiestan dentro de las 12 horas posteriores a la infección.
Epidemiología de la Infección por Adenovirus
Las fuentes de la infección incluyen pacientes sintomáticos, individuos con formas subclínicas de la enfermedad y portadores asintomáticos. El riesgo es más alto durante la fase aguda de la enfermedad. El modo principal de transmisión es por vía aérea, aunque la transmisión alimentaria (que se asemeja a las infecciones gastrointestinales) también es posible. Los recién nacidos están en gran medida protegidos por la inmunidad pasiva transplacentaria, pero la susceptibilidad aumenta notablemente después de seis meses. Las infecciones por adenovirus son comunes durante todo el año, pero alcanzan su punto máximo durante los meses más fríos, apareciendo a menudo de manera esporádica o en brotes, particularmente en entornos de cuidado infantil.
Patogénesis de la Infección por Adenovirus
El tracto respiratorio superior, la conjuntiva o el tracto gastrointestinal a menudo sirven como punto de entrada para los adenovirus. Penetran en las células epiteliales a través de la pinocitosis, alcanzando el citoplasma y el núcleo de las células susceptibles y los ganglios linfáticos regionales. La síntesis de ADN viral comienza en el núcleo celular, produciendo partículas virales maduras en un plazo de 16 a 20 horas. La replicación viral en las células epiteliales y los ganglios linfáticos corresponde al período de incubación. El virus se propaga luego a través del torrente sanguíneo, afectando la mucosa nasal y faríngea, las amígdalas y los ganglios linfáticos regionales. Las etapas avanzadas implican viremia, que puede afectar el sistema respiratorio, el tracto gastrointestinal, los riñones, el hígado y el bazo.
Presentación Clínica de la Infección por Adenovirus
El período de incubación varía de 2 a 14 días, con síntomas que a menudo se desarrollan de forma repentina. La enfermedad comienza con fiebre y catarral respiratorio superior. La fiebre se intensifica gradualmente, alcanzando un pico de 39°C para el segundo o tercer día. Los síntomas de intoxicación, como letargo, dolor de cabeza y dolor leve en músculos o articulaciones, son moderados. El apetito puede disminuir, y algunos niños pueden presentar cambios en la mucosa oral que se asemejan a estomatitis candidal o herpética aguda, complicando el curso de la enfermedad.
El dolor abdominal, la náusea y el vómito son síntomas menos comunes. La afectación faríngea es prominente, marcada por enrojecimiento moderado e hinchazón de los arcos tonsilares y el paladar blando. Una característica distintiva es la "faringitis granular", donde la pared faríngea posterior aparece hinchada e hiperémica con folículos brillantes y agrandados, a menudo cubiertos con placas blanquecinas y moco espeso.
Cambios en la mucosa oral incluyen enrojecimiento, hinchazón, petequias y pequeñas hemorragias. El paladar blando puede aparecer granular, con patrones vasculares mejorados.
Una característica del infección por adenovirus es la afectación conjuntival. La conjuntivitis puede ser catarral, folicular o membranosa, apareciendo ya sea en el primer día o más tarde (días 3-5). La conjuntivitis membranosa es particularmente diagnóstica. El examen a menudo revela rasgos faciales hinchados, párpados inflamados, secreción ocular purulenta y secreciones nasales profusas. Los ganglios linfáticos cervicales están frecuentemente ligeramente agrandados. Los niños pequeños también pueden experimentar síntomas gastrointestinales, incluyendo heces sueltas.
Las pruebas de sangre periférica en las etapas tempranas pueden mostrar leucocitosis leve con neutrofilia, linfopenia y una ligera elevación de la VSG.
Las infecciones por adenovirus pueden ser prolongadas. La fiebre típicamente disminuye entre los días 5 y 7, mientras que los síntomas de catarrro respiratorio se resuelven en un plazo de 2 a 4 semanas. La conjuntivitis puede persistir de 7 a 14 días. En algunos casos, la afectación corneal (queratitis) puede hacer que los síntomas persistan más tiempo, incluso hasta varias semanas.
Complicaciones de la Infección por Adenovirus
Las complicaciones a menudo surgen de infecciones bacterianas secundarias. El pronóstico general es favorable.
Diagnóstico de la Infección por Adenovirus
El diagnóstico de la infección por adenovirus se basa en fiebre, síntomas respiratorios superiores, hiperplasia del tejido linfoide en la orofaringe, agrandamiento de los ganglios linfáticos cervicales y una inflamación conjuntival característica. Los métodos de diagnóstico rápido incluyen técnicas de anticuerpos fluorescentes. El diagnóstico diferencial debe considerar otras infecciones respiratorias virales, mononucleosis infecciosa y estomatitis herpética aguda.
Tratamiento de la Infección por Adenovirus
Los niños con infecciones por adenovirus generalmente son tratados en casa. La nutrición debe ser alta en calorías, con una reducción en la ingesta de grasas y carnes. La hidratación generosa es esencial.
El tratamiento es principalmente de apoyo y sintomático bajo supervisión pediátrica. No se requiere un tratamiento dental específico, pero se aconseja una buena higiene oral y enjuagues con decocciones herbales (por ejemplo, manzanilla).
Sarampión (morbilli)
El sarampión es una infección viral altamente contagiosa causada por un virus filtrable que pertenece a la familia Paramyxoviridae. La transmisión ocurre a través de gotas en el aire, haciendo que las personas infectadas sean contagiosas desde los últimos dos días del período de incubación hasta el tercer día del sarpullido.
Etiología del Sarampión
El sarampión (morbilli) es causado por un virus filtrable que pertenece a la familia Paramyxoviridae. El patógeno, que contiene ARN, es altamente sensible al calor, la luz ultravioleta y los desinfectantes. La infección ocurre a través de gotas en el aire, haciendo que el sarampión sea altamente contagioso. Las personas con sarampión son infecciosas desde los últimos dos días del período de incubación hasta los primeros cuatro días después del inicio del sarpullido.
Epidemiología del sarampión
Los humanos son el único reservorio del virus del sarampión. La enfermedad afecta predominantemente a individuos no vacunados, particularmente a niños pequeños, aunque la susceptibilidad persiste a lo largo de la vida para aquellos que no han sido infectados o inmunizados previamente. Los brotes de sarampión son más comunes en las estaciones más frías (otoño, invierno y principios de la primavera). El virus se propaga a través de la tos o los estornudos y puede viajar distancias significativas en interiores, incluso entre habitaciones o apartamentos.
Patogénesis del sarampión
El virus generalmente entra al cuerpo a través de las mucosas del tracto respiratorio superior o la conjuntiva. La replicación viral inicial ocurre en estos sitios, seguida de viremia, que puede ser detectada desde las primeras etapas de la infección. La carga viral más alta se observa durante la fase prodrómica y el primer día del sarpullido. El sarampión exhibe una afinidad particular por el sistema nervioso central (SNC), el tracto respiratorio y el tracto gastrointestinal.
La infección afecta significativamente tanto la inmunidad general como la local, con una notable depleción de las vitaminas C y A. Las complicaciones respiratorias son comunes, como la laringotraqueobronquitis y la neumonía, causadas por una inflamación generalizada de la mucosa nasal, laríngea, traqueal y bronquial. El compromiso neurológico puede llevar a encefalopatía, mientras que los síntomas gastrointestinales a menudo involucran la mucosa oral y colónica. El característico exantema papular resulta de procesos exudativos en la epidermis, lo que lleva a la necrosis celular, queratinización y eventual descamación.
Características Clínicas del Sarampión
El período de incubación del sarampión generalmente dura de 8 a 12 días. La enfermedad progresa a través de tres fases: la fase prodrómica (catarral), la fase del exantema y la fase de pigmentación.
Durante la fase prodrómica, los pacientes experimentan fiebre (38–39°C), fatiga, pérdida de apetito y una tos seca, persistente y hacking que se intensifica. La secreción nasal se vuelve prominente, y la conjuntivitis causa fotofobia, enrojecimiento esclerótico e hinchazón de los párpados. Las características manchas de Koplik aparecen en esta fase como pequeñas manchas blancas o grisáceas rodeadas por un halo rojo, que a menudo aparecen en la mucosa bucal cerca de los molares. Estas manchas se asemejan a gotas de cal espolvoreadas y son patognomónicas del sarampión.
La fase prodrómica se puede reconocer por las "tres C" del sarampión:
- Tos
- Rinitis (nariz moquienta)
- Conjuntivitis
La etapa de erupción comienza en los días 3–4 con erupciones maculopapulares que comienzan en la cara y detrás de las orejas, luego se extienden al tronco y las extremidades. La erupción a menudo se coalesces pero deja algunas áreas de piel normal. La fiebre y los síntomas sistémicos empeoran. Durante los siguientes 3–4 días, la erupción se desvanece, dejando manchas pigmentadas y una fina descamación.
Complicaciones del Sarampión
El sarampión debilita el sistema inmunológico, predisponiendo a las personas a infecciones secundarias como otitis media, neumonía, laringitis, encefalitis y estomatitis. En casos severos, pueden ocurrir complicaciones como mastoiditis o reactivación del herpes.
Diagnóstico del Sarampión
Las manchas de Koplik son un signo temprano definitivo del sarampión, facilitando el diagnóstico rápido y los esfuerzos de prevención. El diagnóstico diferencial incluye condiciones como fiebre escarlatina, rubéola, estomatitis herpética aguda y candidiasis. La ausencia de características como lesiones aftosas, lengua de fresa (fiebre escarlatina) o células gigantes multinucleadas (herpes) ayuda en la diferenciación.
Tratamiento del Sarampión
Los casos no complicados se manejan típicamente en casa con cuidados sintomáticos. El reposo en cama, la hidratación y una dieta rica en nutrientes (especialmente vitaminas A y C) son esenciales. Se recomienda una higiene bucal suave y enjuagues bucales antisépticos (por ejemplo, bicarbonato de sodio o clorhexidina). Los antihistamínicos pueden ayudar a aliviar la incomodidad. Los ungüentos antivirales pueden prevenir la recurrencia del herpes. Los casos complicados pueden requerir hospitalización para intervenciones específicas.
Esta enfermedad se observa más comúnmente en poblaciones pediátricas debido a su mayor exposición, tasas de vacunación más bajas en algunas áreas y la naturaleza de los sistemas inmunológicos de los niños, que pueden estar aún en desarrollo o no haber tenido la oportunidad de desarrollar inmunidad a ciertas infecciones virales. En general, los niños son particularmente susceptibles a infecciones virales, y como dentistas pediátricos, es crucial estar preparados para los desafíos únicos que traen estos pequeños pacientes. Nuestro curso, "Manipulaciones Diarias de un Dentista Pediátrico: Desde la Comunicación hasta la Restauración," cubre todo, desde la gestión efectiva del comportamiento hasta técnicas restaurativas avanzadas, asegurando que estés preparado para manejar todos los aspectos del cuidado dental pediátrico.
Rubéola
La rubéola, comúnmente conocida como sarampión alemán, es una infección viral aguda caracterizada por un rash fino y moteado (similar al sarampión), linfadenopatía generalizada, fiebre leve y un riesgo significativo para la salud fetal en mujeres embarazadas. Hay dos formas principales de rubéola según el mecanismo de transmisión: adquirida y congénita. Entre estas, la rubéola congénita es la más peligrosa debido a los efectos teratogénicos del virus, que pueden llevar a graves anomalías fetales.
Etiología de la Rubéola
El virus de la rubéola pertenece a la familia Togaviridae, clasificado como un virus que contiene ARN. Es inestable en entornos externos, inactivándose rápidamente a temperaturas superiores a 56°C, a través de la deshidratación, fluctuaciones de pH por debajo de 6.8 o por encima de 8, radiación ultravioleta y desinfectantes (por ejemplo, soluciones a base de cloro y a base de alcohol).
Epidemiología de la Rubéola
La fuente de infección es típicamente un individuo infectado con rubéola. Aunque la enfermedad puede ocurrir a cualquier edad, los niños de 1 a 7 años son los más comúnmente afectados. Los portadores asintomáticos, particularmente aquellos con formas subclínicas o rubéola congénita, representan riesgos significativos ya que el virus puede persistir en sus sistemas durante 18 meses o más. La rubéola a menudo aparece en brotes epidémicos, con una incidencia máxima que ocurre entre abril y junio. Durante los brotes, tanto niños como adultos pueden contraer el virus. La transmisión ocurre a través de gotas en el aire, con el virus siendo liberado al medio ambiente hasta una semana antes y después de que aparece el rash.
Patogénesis de la Rubéola
El virus de la rubéola entra al cuerpo a través de las mucosas del tracto respiratorio superior y se replica en los ganglios linfáticos (particularmente en los ganglios occipitales y cervicales posteriores), que se agrandan hacia el final del período de incubación. El virus luego se disemina en el torrente sanguíneo, lo que lleva a la erupción característica aproximadamente dos semanas después de la infección.
Además de su afinidad por el tejido cutáneo (dermatotropismo), el virus de la rubéola también ataca las células endoteliales, el tejido nervioso y las estructuras embrionarias. Después de la recuperación, los individuos desarrollan inmunidad de por vida.
Características Clínicas de la Rubéola
El período de incubación de la rubéola varía de 11 a 24 días. Los síntomas de toxicidad sistémica son generalmente leves, siendo la erupción el primer signo notable. La erupción aparece inicialmente en la cara y el cuello, propagándose rápidamente al tronco y las extremidades en cuestión de horas. Es más prominente en la cara, superficies extensores de las extremidades, espalda, parte baja de la espalda y glúteos. La erupción consiste en pequeñas manchas de 2–4 mm de diámetro, a veces ligeramente elevadas, que rara vez se fusionan y pueden causar picazón leve. La erupción desaparece sin dejar pigmentación.
Los pacientes pueden experimentar debilidad leve, malestar, dolor de cabeza moderado y ocasionalmente dolor muscular. La fiebre suele ser de bajo grado, pero ocasionalmente puede alcanzar los 38–39°C, durando de 1 a 3 días. El examen físico revela síntomas leves de inflamación de las vías respiratorias superiores, ligera enrojecimiento de la garganta, amígdalas inflamadas e inyección de los vasos conjuntivales. Las manifestaciones orales incluyen estomatitis catarral generalizada y linfadenitis submandibular. Pueden aparecer manchas de color rosa pálido (enantema) en el paladar blando y duro. La descamación del epitelio de la lengua da lugar a una apariencia "laca" después de 2 a 4 días. Los labios pueden hincharse y volverse intensamente rojos, desarrollando erosiones y grietas para el cuarto o quinto día.
Una característica del sarampión alemán es el agrandamiento de los ganglios linfáticos periféricos, particularmente los ganglios occipitales y cervicales posteriores. Estos ganglios son firmes y pueden ser sensibles, agrandándose antes de que aparezca el sarpullido y persistiendo después de su resolución.
Complicaciones del Sarampión Alemán
La complicación más común de la rubéola es la artritis. Las complicaciones menos frecuentes incluyen púrpura trombocitopénica y, más severamente, encefalitis por rubéola.
Diagnóstico de la Rubéola
El diagnóstico diferencial incluye infecciones por adenovirus y enterovirus, sarampión, mononucleosis infecciosa, exantema inducido por fármacos, erupciones enterovirales e infecciones por herpesvirus. La presentación clínica, las pruebas de laboratorio y los datos epidemiológicos ayudan a distinguir la rubéola de estas condiciones.
Tratamiento de la Rubéola
La rubéola se maneja principalmente en casa. Durante la fase de erupción, se aconseja a los pacientes que descansen y sigan una dieta lácteo-vegetariana, complementada con vitaminas y abundantes líquidos. El tratamiento local implica mantener la higiene oral y, cuando sea necesario, usar antisépticos, analgésicos, agentes antivirales y remedios que promuevan la epitelización.
Tabla resumen de las manifestaciones orales de la Influenza, Adenovirus, Sarampión y Rubéola:
Infección Viral | Manifestaciones Orales |
Influenza |
|
Adenovirus |
|
Sarampión |
|
Rubéola |
|
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