Morfología del conducto radicular de molares primarios: un estudio de microtomografía computarizada
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El artículo original está escrito en idioma EN (enlace para leerlo).
Resumen
Objetivo: Este estudio tuvo como objetivo investigar la morfología del conducto radicular de los dientes molares primarios utilizando microtomografía computarizada.
Métodos: Se escanearon molares maxilares primarios (n = 20) y molares mandibulares (n = 20) a una resolución de 16.7 lm y se analizaron en cuanto al número, ubicación, volumen, área, índice de modelo estructurado (SMI), área, redondez, diámetros y longitud de los conductos, así como el grosor de la dentina en el tercio apical. Los datos se compararon estadísticamente utilizando la prueba t de muestras pareadas, la prueba t de muestras independientes y el análisis de varianza de una vía con un nivel de significancia establecido en 5 %.
Resultados: En general, no se encontraron diferencias estadísticas entre los conductos con respecto a la longitud, SMI, grosor de la dentina, área, redondez y diámetro (p ˃ 0.05). Se observó un sistema de conductos dobles en las raíces mesial y mesiobucal de los molares mandibulares y maxilares, respectivamente. El grosor en el aspecto interno de las raíces fue menor que en el aspecto externo. La evaluación en sección transversal de las raíces en el tercio apical mostró conductos de forma plana en los molares mandibulares y conductos en forma de cinta y ovalados en los molares maxilares.
Conclusiones: La anatomía externa e interna de los molares primarios de primera clase se asemeja estrechamente a la de los molares primarios de segunda clase. Los datos reportados pueden ayudar a los clínicos a obtener una comprensión completa de las variaciones morfológicas de los conductos radiculares en los molares primarios para superar problemas relacionados con los procedimientos de conformación y limpieza, permitiendo estrategias de manejo apropiadas para el tratamiento de conductos radiculares.
Introducción
La pérdida prematura de dientes primarios puede causar cambios en la cronología y secuencia de erupción de los dientes permanentes; por lo tanto, salvar dientes en niños es un concepto importante y frecuentemente implica tratamiento endodóntico (Cleghorn et al. 2012). El tratamiento de conductos radiculares en dientes primarios incluye la eliminación del tejido pulpar, desbridamiento y preparación, irrigación y obturación de los conductos. El objetivo principal de la terapia pulpar en dientes primarios es mantener la integridad y salud de los dientes y sus tejidos de soporte (Cleghorn et al. 2012). Para lograr este objetivo, es de suma importancia una comprensión integral de la morfología de la raíz y del conducto radicular de los dientes primarios (Hibbard e Irlanda 1957; Goodacre 2003; Zoremchhingi et al. 2005; Aminabadi et al. 2008; Bagherian et al. 2010; Cleghorn et al. 2012).
La morfología externa e interna de los dientes primarios es diferente en muchos aspectos de los sucesores permanentes (Kavanagh y O’Sullivan 1998; Goodacre 2003; Johnston y Franklin 2006; Cleghorn et al. 2012). En general, los dientes primarios con raíces completamente desarrolladas exhiben un sistema de conductos radiculares menos complejo en comparación con los dientes permanentes, con un conducto por raíz. En los molares primarios, la complejidad de este sistema puede aumentar con el tiempo debido a la formación de dentina secundaria y el estrechamiento del sistema de conductos y, eventualmente, el proceso de reabsorción (Hibbard e Irlanda 1957).
Tradicionalmente, la anatomía del conducto radicular de los dientes primarios ha sido descrita en informes de casos (Badger 1982; Falk y Bowers 1983; Caceda et al. 1994; Winkler y Ahmad 1997; Kavanagh y O’Sullivan 1998; Eden et al. 2002) y en estudios ex vivo utilizando inyección de materiales (Simpson 1973), perfusión de tintes (Ringelstein y Seow 1989), radiografías digitales, seccionamiento longitudinal y transversal, histología (Poornima 2008), técnica de aclaramiento (Bagherian et al. 2010), microscopía electrónica de barrido (Wrbas et al. 1997) y tomografía computarizada convencional (Zoremchhingi et al. 2005). Estas metodologías han sido utilizadas con éxito durante muchos años en el estudio anatómico del sistema de conductos radiculares; sin embargo, la mayoría de ellas son invasivas o solo proporcionan una imagen bidimensional de una estructura tridimensional, y por lo tanto pueden no reflejar con precisión la morfología del objeto que se está estudiando. Así, estas limitaciones metodológicas inherentes fomentaron la búsqueda de nuevos métodos capaces de producir resultados mejorados (Peters et al. 2000).
En los últimos años, se han introducido avances tecnológicos significativos para la imagenología dental. Su naturaleza no invasiva permite el uso de los dientes para otros propósitos o como controles para procedimientos de tratamiento adicionales. El desarrollo de la microtomografía computarizada de rayos X de alta resolución (micro-CT) ha ganado una importancia creciente en el estudio de los tejidos dentales. La micro-CT ofrece una técnica reproducible no invasiva para la evaluación tridimensional del sistema de conductos radiculares y se puede aplicar tanto de manera cuantitativa como cualitativa (Peters et al. 2000; Siqueira et al. 2010; Versiani et al. 2011, 2012, 2013).
A pesar de que ha habido un creciente cuerpo de investigación y publicaciones sobre la anatomía dental de los dientes primarios (Goodacre 2003; Cleghorn et al. 2012), aún falta una descripción cuantitativa detallada de la anatomía de su sistema de conductos radiculares. Por lo tanto, el propósito de este estudio fue describir los aspectos morfométricos de la anatomía externa e interna de los molares mandibulares y maxilares primarios, utilizando un análisis de micro-CT tridimensional de alta resolución.
Materiales y métodos
Selección de la muestra
Después de la aprobación del comité de ética local en investigación (CAAE #0072.0.130.000-09), se seleccionaron molares mandibulares primarios (n = 20) y molares maxilares primarios (n = 20), extraídos por razones no relacionadas con este estudio y almacenados en una solución de timol al 0.1 %. Para cada grupo de dientes, se evaluaron diez molares primarios de primera y diez molares primarios de segunda. Los criterios de inclusión comprendieron solo molares sin reabsorción radicular fisiológica o en sus etapas iniciales, es decir, en los que la reabsorción no excedía 1/3 de la longitud de la raíz.
Escaneo y reconstrucción de micro-CT
Cada diente fue ligeramente secado, montado en un accesorio personalizado y escaneado en un escáner de micro-CT (SkyScan 1174v2; Bruker-microCT, Kontich, Bélgica) a una resolución isotrópica de 16.7 lm. El tubo de rayos X se operó a 50 kV y 800 mA, y el escaneo se realizó mediante una rotación de 180° alrededor del eje vertical con un paso de rotación de 1°, utilizando un filtro de aluminio de 0.5 mm de grosor. Las imágenes de cada espécimen fueron reconstruidas con software dedicado (NRecon v.1.6.6; Bruker-microCT) proporcionando secciones transversales axiales de la estructura interna de las muestras.
Análisis cuantitativo
El software DataViewer v.1.4.4 (Bruker-microCT) se utilizó para evaluar la longitud (en milímetros) de la raíz desde el ápice, y la longitud de los principales conductos radiculares desde el foramen apical hasta el nivel de la unión cemento-esmalte. La evaluación tridimensional de los conductos radiculares (volumen, área de superficie e índice de modelo de estructura) se realizó desde el ápice hasta el orificio del conducto utilizando el software CTAn v.1.12 (Bruker-microCT). El volumen se calculó como el de los objetos binarizados dentro del volumen de interés. Para la medición del área de superficie del conjunto de datos 3D multicapa, se utilizaron dos componentes para la superficie medida en 2D: primero, los perímetros de los objetos binarizados en cada nivel de sección transversal, y segundo, las superficies verticales expuestas por diferencias de píxeles entre secciones transversales adyacentes. El índice de modelo de estructura (SMI) implica una medición de la convexidad de la superficie en una estructura 3D. El SMI se deriva como 6.(S’.V)/S2), donde S es el área de superficie del objeto antes de la dilatación y S’ es el cambio en el área de superficie causado por la dilatación. V es el volumen del objeto inicial, no dilatado. Una placa ideal, un cilindro y una esfera tienen valores de SMI de 0, 3 y 4, respectivamente (Peters et al. 2000).
El grosor más pequeño de la dentina en los aspectos interno y externo de las raíces, a 1, 2 y 3 mm del bisel de resorción apical, también se registró. Las mediciones del grosor de la dentina se tomaron desde el límite externo del conducto radicular hasta la superficie de la raíz. En estos mismos niveles, se utilizó el software CTAn v.1.12 (Bruker-microCT) para la evaluación bidimensional (área, redondez, diámetro mayor y diámetro menor) del conducto radicular. El área se calculó utilizando el algoritmo de Pratt (Pratt 1991). La apariencia en sección transversal, redonda o más en forma de cinta, se expresó como redondez. La redondez de un objeto 2D discreto se define como 4A/(p.(dmax)2), donde ‘‘A’’ es el área y ‘‘dmax’’ es el diámetro mayor. El valor de la redondez varía de 0 a 1, siendo uno un círculo. El diámetro mayor se definió como la distancia entre los dos píxeles más distantes en ese objeto. El diámetro menor se definió como la cuerda más larga a través del objeto que se puede trazar en la dirección ortogonal a la del diámetro mayor.
Análisis cualitativo
Se reconstruyeron modelos tridimensionales y secciones transversales de los conductos radiculares basados en escaneos de micro-CT y generados por el proceso de binarización utilizando el software CTAn v.1.12 (Bruker-microCT). Se utilizaron los software CTVol v.2.2.1 (Bruker-microCT) y DataViewer v.1.4.4 (Bruker-microCT) para la visualización y evaluación cualitativa de las muestras.
Análisis estadístico
Los resultados de los parámetros tridimensionales y la longitud promedio de las raíces y los conductos radiculares se compararon estadísticamente utilizando la prueba t para muestras pareadas dentro del grupo y la prueba t para muestras independientes entre grupos, respectivamente. Considerando que los datos del grosor de la dentina y los parámetros bidimensionales a 1, 2 y 3 mm del bisel de reabsorción estaban distribuidos normalmente (prueba de Shapiro–Wilk; p ˃ 0.05), se presentaron como medias y desviaciones estándar (DE), y se compararon estadísticamente utilizando el análisis de varianza de una vía con la prueba post hoc de Tukey. El análisis estadístico se realizó utilizando SPSS v.17.0 para Windows (SPSS Inc, Chicago, IL, EE. UU.) con un nivel de significancia establecido en 5 %.
Resultados
Análisis cuantitativo
Las tablas 1 y 2 muestran la media (±SD) de los datos tridimensionales y bidimensionales, respectivamente, en cada raíz de los molares primarios. En general, en ambos grupos de dientes no se encontraron diferencias estadísticas entre los conductos radiculares de los primeros y segundos molares con respecto a la longitud, SMI y los parámetros analizados en dos dimensiones (área, redondez, diámetro mayor y diámetro menor) (p ˃ 0.05). Los conductos distales y palatales de los molares mandibulares y maxilares, respectivamente, presentaron un volumen significativamente mayor que los otros conductos en el mismo grupo de dientes (p ˂ 0.05). En general, los conductos radiculares de los segundos molares primarios tenían una mayor área de superficie que los primeros molares (p ˂ 0.05).
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La Tabla 3 resume el grosor medio de la dentina en el tercio apical de cada raíz de molar. No se observó diferencia estadística en la comparación del grosor de la dentina, en ningún aspecto interno o externo de cada raíz, entre los primeros y segundos molares (p ˃ 0.05). Los valores medios más bajos de grosor de dentina se observaron en el aspecto interno de las raíces, en ambos grupos de molares. En general, el grosor medio más alto de dentina se observó en las raíces distales y palatinas de los molares mandibulares y maxilares, respectivamente, en todos los niveles evaluados.
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Análisis cualitativo
El análisis de la anatomía externa de los primeros y segundos molares mandibulares mostró que todos los especímenes tenían dos raíces, más anchas en la dimensión bucal-lingual, más estrechas mesio-distalmente y a menudo estriadas. Se observaron caries profundas sin exposición pulpar en el 20% de la muestra. Se observó resorción radicular apical temprana en solo un espécimen de cada grupo de dientes. Por otro lado, se observó resorción superficial en el aspecto interno de las raíces en la mayoría de los dientes (n = 15). La resorción biselada en el ápice de ambas raíces resultó en un grosor más delgado de las paredes de la dentina en comparación con los tercios medio y cervical. Los modelos tridimensionales de los molares mandibulares confirman que la configuración del sistema de conductos radiculares era consistente con la morfología externa de la raíz (Fig. 1a–c). Se observó un solo conducto radicular en el 10 % de las raíces mesiales, mientras que se detectó un único sistema de conductos distales en el 60 y 50 % de los primeros y segundos molares, respectivamente. En las raíces mesiales y distales, el número máximo de orificios observados en las secciones transversales del conducto radicular fue de 8 y 5, respectivamente. A nivel de la furcación, la raíz mesial de los molares mandibulares primeros mostró dos orificios en ocho muestras, mientras que todas las demás raíces presentaron solo un orificio. Se presentaron sistemas de conductos en forma de cinta con uno o dos conductos en la raíz mesial y uno en la raíz distal en el 40 y 30 % de los primeros y segundos molares, respectivamente. En este último, también se observó un conducto en forma de cinta que se separa en dos o más conductos desde debajo de la unión cemento-esmalte.
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La figura 2 muestra modelos 3D ejemplares de la anatomía externa (Fig. 2a) e interna (Fig. 2b–c) de tres molares maxilares primarios. Generalmente, había tres sistemas de conductos presentes, uno en cada raíz. Se observaron dos conductos en la raíz mesio-bucal (MB) de dos molares maxilares primeros. A nivel de la furcación, la raíz MB de los molares maxilares primeros mostró dos orificios en dos muestras, mientras que todas las demás raíces presentaron solo un orificio. El análisis de la anatomía externa mostró que seis especímenes de cada grupo de dientes tenían tres raíces ampliamente separadas, mientras que cuatro presentaron fusión entre las raíces disto-bucal (DB) y palatina. Se observaron caries profundas sin exposición pulpar en el 30 % de la muestra. Se observó resorción apical temprana en dos raíces MB de los segundos molares, y tres raíces MB y dos raíces DB de los primeros molares. La resorción apical de las raíces resultó en un grosor más delgado de las paredes de dentina en comparación con los tercios medio y cervical y, en algunos casos, exposición del conducto radicular (Fig. 2d). Se observó resorción superficial en el aspecto interno de las raíces en la mayoría de los especímenes (n = 17).
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Secciones transversales ejemplares de las raíces de los molares primarios mandibulares y maxilares mostraron la complejidad y las grandes dimensiones del sistema de conductos radiculares en el tercio apical (Fig. 3). En los molares mandibulares, las secciones transversales del conducto mesial eran significativamente más planas y se estrechaban de manera irregular en el plano mesio-distal. Se observaron la presencia de istmos delgados, ramas interconectadas y múltiples orificios. Se observaron conductos de forma redonda cuando el conducto principal se dividía en múltiples conductos a lo largo de la raíz, lo que ocurrió en el 60 y 70 % de los primeros y segundos molares, respectivamente. En los molares maxilares, la evaluación de las secciones transversales de las raíces mostró generalmente conductos de forma de cinta u ovalados con grandes dimensiones. Sin embargo, en los molares mandibulares y maxilares, la apariencia transversal de los conductos variaba en diferentes niveles de la raíz. La tabla 4 resume la frecuencia porcentual de la forma del conducto radicular en cada raíz de los molares primarios maxilares y mandibulares.
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Discusión
Aunque se han informado descripciones detalladas de la configuración anatómica externa e interna de los molares primarios utilizando metodologías convencionales (Hibbard e Ireland 1957; Simpson 1973; Badger 1982; Falk y Bowers 1983; Ringelstein y Seow 1989; Salama et al. 1992; Caceda et al. 1994; Winkler y Ahmad 1997; Wrbas et al. 1997; Kavanagh y O’Sullivan 1998; Fuks 2000; Eden et al. 2002; Goodacre 2003; Zoremchhingi et al. 2005; Aminabadi et al. 2008; Poornima y Subba Reddy 2008; Song et al. 2009; Bagherian et al. 2010; Liu et al. 2010; Cleghorn et al. 2012), no se ha realizado ningún estudio para evaluar cuantitativamente su sistema de conductos radiculares utilizando tomografía computarizada micro de alta resolución.
Los molares mandibulares primarios generalmente se han descrito como teniendo dos raíces divergentes y ranuradas que se ensanchan para acomodar los premolares permanentes en desarrollo (Hibbard e Ireland 1957; Zoremchhingi et al. 2005; Bagherian et al. 2010). En la literatura, se ha descrito una variación considerable en el número y la forma de los sistemas de conductos en este grupo de dientes (Hibbard e Ireland 1957; Salama et al. 1992; Zoremchhingi et al. 2005; Aminabadi et al. 2008; Bagherian et al. 2010; Cleghorn et al. 2012). Se han reportado anomalías anatómicas, como raíces adicionales, dens invaginatus, y taurodontismo, principalmente en los segundos molares mandibulares (Badger 1982; Falk y Bowers 1983; Winkler y Ahmad 1997; Eden et al. 2002; Zoremchhingi et al. 2005; Johnston y Franklin 2006; Song et al. 2009; Bagherian et al. 2010; Liu et al. 2010). En general, se puede inferir que la anatomía externa e interna del primer molar mandibular primario se asemeja estrechamente a la del segundo molar mandibular primario (Goodacre 2003; Cleghorn et al. 2012). La mayoría de los estudios han encontrado uno o dos conductos en cada una de las raíces mesial y distal (Hibbard e Ireland 1957; Zoremchhingi et al. 2005; Aminabadi et al. 2008; Bagherian et al. 2010). La incidencia del sistema de conductos en forma de cinta doble se ha reportado entre el 24 y el 100 % en la raíz mesial, y del 22.2 al 60 % en la raíz distal (Zoremchhingi et al. 2005; Aminabadi et al. 2008; Bagherian et al. 2010); sin embargo, dos conductos en la raíz mesial y un conducto en la raíz distal constituyeron la configuración anatómica más comúnmente reportada en los molares mandibulares primarios (Cleghorn et al. 2012). En el presente estudio, esta configuración se observó en el 50 y 40 % de los primeros y segundos molares mandibulares, respectivamente. La longitud más baja de las raíces distales no se reflejó en el volumen y el área de superficie del conducto, que mostraron valores más altos que el conducto mesial. Una explicación se puede encontrar en el análisis de los parámetros 2D, que mostraron los valores medios más altos de área, diámetros mayor y menor en los conductos distales de ambos tipos de molares. Goodacre (2003) calculó las dimensiones medias de los dientes primarios basándose en varios estudios y encontró que las longitudes medias de las raíces mesial y distal de los primeros y segundos molares eran 10.5 y 8.9 mm, y 11.4 y 10.5 mm, que eran más altas que los resultados presentes. Los molares maxilares primarios se han descrito como teniendo tres raíces divergentes y separadas que se ensanchan para acomodar los premolares permanentes en desarrollo (Hibbard e Ireland 1957; Goodacre 2003; Zoremchhingi et al. 2005; Bagherian et al. 2010). En general, se puede inferir que la anatomía externa e interna de las raíces del primer molar maxilar primario se asemeja estrechamente a la de las raíces del segundo molar maxilar primario (Hibbard e Ireland 1957; Goodacre 2003; Cleghorn et al. 2012). A pesar de que también se han reportado anomalías anatómicas en este grupo de dientes, como raíces adicionales y taurodontismo (Caceda et al. 1994; Kavanagh y O’Sullivan 1998; Johnston y Franklin 2006), no se observaron en esta muestra. La incidencia de fusión entre las raíces palatinas y DB se observó en el 40 % de los dientes, mientras que en la literatura se reportó como siendo del 77.7 % (Bagherian et al. 2010), 53.5 % (Zoremchhingi et al. 2005), y 29 % (Hibbard e Ireland 1957) de la muestra. Algunas variaciones en el número y la forma de los sistemas de conductos también se han descrito en los molares maxilares primarios (Hibbard e Ireland 1957; Goodacre 2003; Zoremchhingi et al. 2005; Bagherian et al. 2010; Cleghorn et al. 2012). La mayoría de los estudios han encontrado solo un conducto radicular en cada raíz de ambos tipos de molares (Hibbard e Ireland 1957; Zoremchhingi et al. 2005; Aminabadi et al. 2008; Bagherian et al. 2010). Sin embargo, la incidencia de un sistema de doble conducto en la raíz MB se reportó en el 6.7 % (Zoremchhingi et al. 2005), 7.4 % (Bagherian et al. 2010), y 35 % (Hibbard e Ireland 1957) de la muestra y, en la raíz DB, en el 3.7 % de los especímenes (Bagherian et al. 2010). En el presente estudio, se observó un sistema de doble conducto solo en la raíz MB de dos molares maxilares primeros. Un estudio previo encontró que las longitudes medias de las raíces MB, DB y palatina del primer molar maxilar primario eran 8.8, 8.2 y 7.8 mm, respectivamente, y en los segundos molares maxilares 10.8, 9.7 y 10.8 mm, respectivamente (Goodacre 2003), que eran más altas que los resultados presentes. La dimensión más baja de la raíz palatina en el primer molar maxilar (5.96 mm) reflejó el volumen y el área de superficie del conducto, que fueron significativamente más bajos que el conducto palatino del segundo molar. El área de superficie del conducto DB en el segundo molar mostró valores significativamente más altos que en el primer molar, a pesar de la longitud media similar entre ellos. Una explicación se puede encontrar en el análisis de los parámetros 2D, que mostraron valores más altos de área, diámetros mayor y menor en el conducto DB del segundo molar.
El SMI describe la geometría de un objeto en forma de placa o cilindro. Si se amplía una placa perfecta, el área de superficie no cambia, lo que da como resultado un SMI de cero. Sin embargo, si se expande una varilla, el área de superficie aumenta con el volumen y el SMI se normaliza, de modo que a las varillas perfectas se les asigna una puntuación de SMI de 3 (Peters et al. 2000). En los molares mandibulares, los valores medios de SMI variaron de 1.69 a 2.06, lo que indica que el sistema de conductos radiculares de los conductos mesial y distal, en ambos molares, tenía una geometría cónica plana. En los molares maxilares, los valores medios de SMI de los conductos en la mayoría de los especímenes fueron superiores a 2.08, lo que indica una geometría de forma cónica. La apariencia en sección transversal del conducto radicular en el tercio apical se evaluó utilizando el llamado parámetro morfométrico de redondez. En los molares mandibulares, la redondez media osciló entre 0.31 y 0.49, lo que significa que el conducto radicular tenía una forma más plana. En los molares maxilares, el rango más bajo de valores observados en la raíz MB del segundo molar (0.26–0.33) indicó un conducto en forma de cinta y reflejó sus datos de SMI (1.81 ± 0.61). Por otro lado, los conductos radiculares DB y P, así como el conducto MB del primer molar, tenían una forma más ovalada considerando que la redondez osciló entre 0.38 y 0.63.
La amplia gama de variaciones reportadas en la literatura sobre la anatomía del sistema de conductos radiculares de los molares primarios, en comparación con los resultados presentes, se ha relacionado principalmente con la diversidad en el origen de las muestras, factores raciales, el número relativamente pequeño de dientes en cada grupo, la presencia de reabsorción radicular apical inicial en algunos especímenes y, por supuesto, con el enfoque metodológico (Cleghorn et al. 2012). Por otro lado, el modelo experimental de micro-CT presentado aquí supera varias limitaciones mostradas por los métodos convencionales mencionados, ya que proporciona información útil en 2D y 3D relacionada con el espacio del conducto radicular sin cambiar la muestra original. Desafortunadamente, estos análisis morfométricos no pueden compararse con otros debido a la falta de informes similares en la literatura hasta la fecha.
La efectiva eliminación de debris del conducto radicular depende de la determinación precisa de la longitud de trabajo y la adecuada ampliación apical del conducto, lo que permite una mejor irrigación en el área apical, optimizando la desinfección del conducto radicular (Fornari et al. 2010). En el presente estudio, los diámetros mayor y menor de los conductos radiculares en el tercio apical indicaron que la eliminación de debris en este nivel podría mejorarse con instrumentos de hasta un tamaño ISO 100. Sin embargo, considerando la forma de los conductos radiculares, el grosor reducido de las paredes de dentina y la dificultad para predecir con precisión la ubicación del término del conducto en dientes primarios (Beltrame et al. 2011), el uso de instrumentos de este tamaño definitivamente llevaría a despojos o perforaciones de las raíces. Clínicamente, los resultados de datos en 2D tienen implicaciones definitivas para los procedimientos de conformación y limpieza, porque solo el diámetro menor es evidente en las radiografías. Así, los clínicos deben ser conscientes de la configuración anatómica de los conductos que, combinada con la presencia de istmos delgados en la región apical, comprometería una limpieza y conformación adecuadas, dejando aletas sin tocar en los aspectos bucal y/o lingual del conducto.
La introducción de sistemas de archivos rotatorios de níquel-titanio ha resultado en un progreso notable en la preparación mecánica del espacio del conducto radicular (Hülsmann et al. 2005). Sin embargo, dar forma a los conductos radiculares con estos sistemas ha fallado en limpiar conductos de forma plana y ovalada, dejando aletas o recesos sin tocar en las extensiones bucales y/o linguales (Versiani et al. 2011, 2013). Además, se deben evitar archivos rotatorios grandes y cónicos en molares mandibulares primarios considerando su configuración anatómica interna. Recientemente, se introdujo el sistema de limpieza, conformación e irrigación Self-Adjusting File (SAF; ReDent-Nova, Ra’anana, Israel). Este instrumento innovador consiste en un archivo de níquel-titanio hueco y ligeramente abrasivo compuesto de una red metálica, que se adapta a secciones transversales redondas, ovaladas o incluso largas-ovaladas de los conductos radiculares. Durante su operación, que dura 4 minutos, el SAF elimina dentina con un movimiento de molienda de vaivén al fregar las paredes del conducto con una irrigación continua proporcionada por una bomba peristáltica, es decir, realiza simultáneamente la preparación mecánica y química del espacio del conducto radicular (Metzger et al. 2010). Informes anteriores han mostrado que el sistema SAF fue ventajoso en promover la limpieza, conformación y desinfección de conductos de forma ovalada en dientes permanentes en comparación con archivos rotatorios (Siqueira et al. 2010; Versiani et al. 2011, 2013; Ribeiro et al. 2013), y puede ser una alternativa para los procedimientos de conformación en dientes molares primarios que se evaluará en estudios posteriores.
Conclusión
Bajo las limitaciones de este estudio ex vivo, fue posible concluir que la anatomía externa e interna de los molares primarios primeros se asemeja estrechamente a la de los molares primarios segundos. Considerando la morfología de los canales en el tercio apical, se aconseja una selección cuidadosa de instrumentos, incluyendo el uso de suplementos de desinfección adicionales como la irrigación ultrasónica pasiva o la presión apical negativa. Los datos reportados pueden ayudar a los clínicos a obtener una comprensión profunda de las variaciones en la morfología de los conductos radiculares de los molares primarios para superar problemas relacionados con los procedimientos de conformación y limpieza.
Autores: A. C. Fumes, M. D. Sousa-Neto, G. B. Leoni, M. A. Versiani, L. A. B. da Silva, R. A. B. da Silva, A. Consolaro
Referencias:
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- Bagherian A, Kalhori KA, Sadeghi M, Mirhosseini F, Parisay I. Un estudio in vitro de la morfología de raíces y conductos de molares deciduos humanos en una población iraní. J Oral Sci. 2010;52:397–403.
- Beltrame AP, Triches TC, Sartori N, Bolan M. Determinación electrónica de la longitud de trabajo del conducto radicular en dientes molares primarios: un estudio in vivo e in ex vivo. Int Endod J. 2011;44:402–6.
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