Estudio de micro-CT sobre la morfología de raíces y canales de primeros premolares mandibulares de raíz simple con surcos radiculares
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Resumen
Objetivo: Evaluar las morfologías externas e internas de los premolares mandibulares de raíz simple con surcos radiculares de una subpoblación brasileña, utilizando tecnología de micro-CT.
Metodología: Setenta premolares mandibulares de primer molar con SR fueron escaneados a una resolución de 22.9 μm. Cada diente fue examinado en cuanto a la morfología de las raíces y la longitud, profundidad y frecuencia porcentual de ubicación de los SR. Se midieron el volumen, área de superficie e Índice de Modelo de Estructura (SMI) de los canales para toda la longitud de la raíz, mientras que se evaluaron parámetros bidimensionales (área, redondez, factor de forma y diámetro) y la frecuencia porcentual de los orificios de los canales a niveles de 1, 2 y 3 mm desde el foramen apical. También se registró el número de canales accesorios, el grosor dentinario interno y externo, y la apariencia en sección transversal del canal en diferentes niveles de la raíz. La configuración de los canales radiculares fue clasificada de acuerdo con el sistema de Vertucci.
Resultados: Se observó la expresión de surcos profundos (grados 3 y 4) en el 25.71% de la muestra y la mayoría de ellos estaban ubicados en el aspecto mesial de la raíz. Las longitudes medias de la raíz y RG fueron de 13.43 mm y 8.5 mm, respectivamente, mientras que la profundidad media del RG osciló entre 0.75 y 1.13 mm. El volumen medio del canal, el área de superficie y el SMI fueron de 10.78 mm³, 58.51 mm² y 2.84, respectivamente. El delta apical estaba presente en el 4.35% de la muestra y se observaron canales accesorios con más frecuencia en los tercios medio y apical. Los parámetros bidimensionales indicaron una apariencia de sección transversal en forma ovalada del canal radicular a nivel apical con un alto porcentaje de frecuencia de divisiones del canal (87.15%). Los tipos de configuraciones de canal V (58.57%), I (12.85%) y III (11.43%) fueron los más prevalentes. Se observó configuración en forma de C a nivel del RG en 13 premolares (18.57%), mientras que el grosor medio de la dentina osciló entre 1.0 y 131 mm.
Conclusiones: La presencia de RG en los primeros premolares mandibulares se asoció con la ocurrencia de varias complejidades anatómicas, incluyendo canales en forma de C y divisiones del canal radicular principal.
Introducción
El tratamiento de conducto radicular no exitoso es causado principalmente por la falta de reconocimiento de las variaciones en las morfologías de las raíces y los conductos. Por lo tanto, un conocimiento exhaustivo de la morfología de los dientes y una expectativa de sus posibles variaciones es fundamental para minimizar el fracaso endodóntico causado por un desbridamiento y obturación incompletos (Vertucci 2005). Estudios previos han mostrado diferentes tendencias en la forma y número de raíces y conductos entre poblaciones (Walker 1987, 1988, Gulabivala et al. 2001, Gulabivala et al. 2002, Sert & Bayirli 2004), que parecen estar determinadas genéticamente (Trope et al. 1986, Chaparro et al. 1999, Cleghorn et al. 2007) y son importantes para rastrear los orígenes raciales de las poblaciones.
La presencia de depresiones de desarrollo en los aspectos proximales de la superficie radicular, también conocidas como surcos radiculares (RG) (Tomes 1923), ha sido demostrada en diferentes estudios epidemiológicos. En general, los RG son comunes en africanos y nativos australianos y relativamente raros en euroasiáticos occidentales (Trope et al. 1986, Scott & Turner II 2000, Lu et al. 2006, Cleghorn et al. 2007). El RG es relevante en clínicas ya que su profundidad puede actuar como un reservorio para la placa dental y el cálculo, aumentando la dificultad para el manejo de la enfermedad periodontal (Fan et al. 2008, Gu et al. 2013a, Gu et al. 2013b). En los dientes premolares mandibulares, su presencia se ha asociado a complejidades anatómicas del sistema de conductos radiculares, como la bifurcación de conductos y la configuración de conductos en forma de C (Lu et al. 2006, Awawdeh & Al-Qudah 2008, Cleghorn et al. 2008, Fan et al. 2008, Gu et al. 2013a, Gu et al. 2013b, Liu et al. 2013). Estas complejidades son frecuentemente ignoradas, y la incapacidad para reconocer y tratar adecuadamente todo el sistema de conductos radiculares ayuda a explicar la tasa de fracaso más alta en la terapia de conductos no quirúrgica de este grupo de dientes (11.45%) como se informó anteriormente (Ingle et al. 2008).
A pesar de que las morfologías de las raíces y los conductos de los dientes premolares mandibulares de primer molar han sido descritas en diferentes grupos étnicos (Trope et al. 1986, Walker 1988, Chaparro et al. 1999, Sert & Bayirli 2004, Lu et al. 2006, Cleghorn et al. 2007, Awawdeh & Al-Qudah 2008, Velmurugan & Sandhya 2009, Fan et al. 2012, Gu et al. 2013a, Liu et al. 2013), la literatura carece de datos detallados sobre la relación entre RG y la morfología del conducto radicular en este grupo de dientes, especialmente en poblaciones africanas, australianas, del sudeste asiático y sudamericanas. Por lo tanto, el propósito de este estudio fue evaluar las morfologías externas e internas de los premolares mandibulares de raíz única con surcos radiculares de una subpoblación brasileña, utilizando tecnología de micro-CT.
Materiales y métodos
Selección de muestras y adquisición de imágenes
Después de la aprobación del Comité de Ética en Investigación local (Protocolo 0072.0.138.000-09), se obtuvieron quinientas piezas dentales de premolares mandibulares de raíz única de una subpoblación brasileña y se almacenaron en 0.1% de timol a 6° C. Se desconocía el género y la edad de los pacientes, y todos los dientes fueron extraídos por razones no relacionadas con este estudio.
Cada diente fue ligeramente secado y examinado en cuanto al número y porcentaje de frecuencia de ubicación de los surcos en desarrollo en la superficie externa de la raíz. La puntuación de la prevalencia y severidad de los surcos radiculares (RG) se basó en el Sistema de Puntuación de Antropología Dental de la Universidad Estatal de Arizona (ASUDAS) utilizando una placa de referencia estandarizada (Turner et al. 1991). Los dientes categorizados como Grados 0 y 1, que indican premolares de raíz simple sin un surco de desarrollo o, si está presente, con indentaciones redondeadas o poco profundas en forma de V, así como el Grado 5 (premolares de raíz doble), fueron excluidos. Como resultado, se seleccionaron setenta premolares mandibulares primeros (n=70) con ápices completamente formados y se categorizaron de la siguiente manera: Grado 2 – surco de desarrollo con una sección transversal en forma de V moderadamente profunda; Grado 3 – raíz simple con un surco de desarrollo en forma de V profundo que se extiende al menos 1/3 de la longitud total de la raíz; y Grado 4 – raíz simple con un surco de desarrollo profundamente invaginado en ambas superficies de la raíz mesial y distal. En cada muestra, la longitud de la raíz se midió como la distancia vertical entre el nivel más bajo de la unión cemento-esmalte (CEJ) y el ápice anatómico (Figura 1A), utilizando un calibrador digital con una resolución de 0.01 mm (Mitutoyo MTI Corporation, Tokio, Japón).
Cada espécimen fue luego imagenado por separado desde el ápice anatómico hasta la corona a una resolución isotrópica de 22.9 µm (SkyScan 1174v2; Bruker-microCT, Kontich, Bélgica). Los parámetros del escáner de micro-CT se establecieron en 50 kV, 800 µA, rotación de 180° alrededor del eje vertical y un paso de rotación de 1°, utilizando un filtro de aluminio de 0.5 mm de grosor. Después de que las imágenes de proyección adquiridas fueron reconstruidas en cortes transversales perpendiculares al eje largo de la raíz (software NRecon v.1.6.9; Bruker-microCT), se generaron representaciones de superficie poligonal de los conductos radiculares (software CTAn v.1.16; Bruker-microCT) y modelado de superficie (software CTVol v.2.3; Bruker-microCT).
Cada diente fue luego rebanado perpendicularmente en el plano CEJ, en el ápice anatómico, en el foramen apical, en los niveles superior, medio e inferior del RG, y a intervalos de 1 y 2 mm coronales y/o apicales al CEJ, foramen apical y nivel medio del RG, utilizando el software ImageJ v.1.6.0_24 (disponible en www.imagej.nih.gov/ij/) (Figura 1A). Después de eso, se registraron las distancias entre el plano CEJ, el ápice anatómico y los niveles superior, medio e inferior del RG (software Data Viewer v.1.5; Bruker-microCT) (Figura 1B).
Se midieron parámetros tridimensionales (volumen, área superficial e Índice de Modelo Estructural) para la longitud total del canal, mientras que el área, redondez, factor de forma, diámetros mayor y menor, así como el porcentaje de frecuencia de orificios de canal, se evaluaron a niveles de 1, 2 y 3 mm desde el foramen apical en dirección coronal (software CTAn v.1.14.4; Bruker-microCT). Descripciones detalladas de estos parámetros se publicaron en otros lugares (Peters et al. 2000, Versiani et al. 2013). También se registraron el número y la ubicación de los canales accesorios (canales laterales y delta apical). Basándose en las secciones transversales reconstruidas y modelos 3D poligonales, las configuraciones de los conductos radiculares se clasificaron de acuerdo con el sistema de Vertucci (Vertucci 2005).
La profundidad del surco de desarrollo y el grosor dentinario en el punto más profundo del RG se midieron en el nivel medio de la longitud del RG (RGM) y a intervalos de 1 y 2 mm coronales y apicales a este punto (software CTAn v.1.16; Bruker-microCT) (Figura 1C). La profundidad del RG se definió como la distancia desde el punto más profundo del surco hasta el punto medio entre los 2 puntos de tangencia en la línea de contorno del surco (Figura 1D). Para la medición del grosor dentinario interno y externo, la línea trazada para medir la profundidad del surco se extendió desde el punto más profundo del surco a través de la superficie externa en el otro aspecto de la raíz. Luego, se registraron las distancias desde el punto más profundo del surco hasta la pared interna del conducto radicular, y desde la pared externa del conducto radicular hasta el aspecto externo de la raíz, como grosor dentinario interno y externo, respectivamente (Figura 1E).
Las formas de los canales en sección transversal de los primeros premolares mandibulares se categorizaron de acuerdo con un sistema modificado (Fan et al. 2008) (Figura 1F) a nivel de la unión cemento-esmalte (CEJ), foramen apical, nivel medio de la longitud del RG, así como a intervalos de 1 y 2 mm en las direcciones coronal y/o apical desde estos puntos de referencia (Figura 1A). Luego, se registró el número de dientes con canales en forma de C al menos en uno de los niveles evaluados.
Todas las imágenes fueron examinadas de manera independiente y ciega en una pantalla de computadora de alta definición por dos evaluadores experimentados y pre-calibrados. Las discrepancias en la interpretación de las imágenes se discutieron hasta alcanzar un consenso.
Resultados
La incidencia de premolares mandibulares de primer molar de raíz simple con surcos de desarrollo de grados 2 a 4 fue del 14% (70 de 500 dientes premolares).
Morfología externa de la raíz
La longitud media de la raíz fue de 13.43 ± 1.42 mm, mientras que las distancias medias entre la CEJ y el nivel medio del RG, y desde este punto hasta el ápice anatómico, fueron de 7.36 mm y 6.07 mm, respectivamente (Figura 2). Los surcos radiculares estaban presentes principalmente en el aspecto mesial de la raíz (Tabla 1; Figura 3A) y se observó la expresión de surcos profundos (ASU 3 y 4) en el 25.71% de la muestra (n=18) (Tabla 1). Se observó una alta frecuencia porcentual de divisiones del canal (87.15%; n=61) y, en estos dientes, el canal lingual después de la bifurcación era de menor diámetro en comparación con el canal bucal (Figura 3B).
Morfología del sistema de conductos radiculares
La Tabla 2 resume los datos morfométricos (parámetros 2D y 3D) y el número porcentual de orificios de conductos y conductos accesorios en diferentes niveles de la raíz. El volumen medio y el área de superficie fueron de 10.78 mm3 y 58.51 mm2, respectivamente. El Índice de Modelo de Estructura (SMI) describe la convexidad tridimensional de la estructura (Hildebrand & Rüegsegger 1997), es decir, la geometría en forma de placa o cilindro de un objeto. En este estudio, un SMI medio de 2.84 indica que el sistema de conductos radiculares tenía una geometría similar a un tronco de cono. El análisis del área, redondez y factor de forma indicó una apariencia de sección transversal en forma ovalada del conducto radicular en el tercio apical. En este mismo nivel, los diámetros mayor y menor medios mostraron una dimensión anatómica del conducto radicular equivalente a un instrumento de tamaño 35, taper .06.
En el tercio apical, se observó un alto porcentaje de frecuencia de 2 orificios de conductos (> 52%), mientras que el delta apical estuvo presente en solo el 4.35% de la muestra (Figura 3C). En general, se observaron uno o dos conductos accesorios en los tercios medio y apical; sin embargo, también se observó que los conductos accesorios se originaban del conducto principal y salían en el surco radicular en el 15.9% de la muestra (n=11) (Figura 3D). Los tipos de configuraciones de conductos V (configuración 1-2; 58.57%), I (configuración 1-1; 12.85%) y III (configuración 1-2-1; 11.43%) fueron los más prevalentes y también se observaron configuraciones adicionales de conductos (Tipos 1-3 y 1-2-3). En dos dientes, el sistema de conductos no pudo ser clasificado debido a la presencia de multifurcaciones no anticipadas y un conducto en forma de C en el tercio medio de la raíz (Figura 3E). En general, se observó configuración en forma de C (Tipos C1 y C2) a nivel del RG en 13 premolares (18.57%). A nivel del CEJ, los dientes generalmente tenían solo 1 orificio de conducto redondo, ovalado o plano (Tipos C4a, 4b y 4c), mientras que en el tercio apical, la mayoría de las formas de conducto eran Tipos C3 y C5.
Grosor dentinario
La profundidad del RG varió de 0.75 a 1.13 mm y fue más profunda en la sección transversal correspondiente al punto medio de su longitud total. El grosor dentinario medio en el nivel medio de la longitud del RG en los aspectos mesial o distal de la raíz osciló entre 1.0 y 1.31 mm (Tabla 3).
Discusión
El tratamiento endodóntico exitoso de los premolares mandibulares ha sido considerado difícil de realizar debido a las numerosas variaciones en la morfología del conducto radicular que generalmente se asocian con la presencia de concavidades radiculares de desarrollo (Cleghorn et al. 2007, Cleghorn et al. 2008, Fan et al. 2012). En el presente estudio, la incidencia de RG en los primeros premolares mandibulares (14%) fue similar a la reportada por Velmurugan & Sandhya (2009), pero más baja en comparación con la población china (24% a 27.8%) (Fan et al. 2008, Liu et al. 2013). Esta discrepancia se ha atribuido principalmente a factores raciales, pero también a diversidades en el tamaño de la muestra, el diseño del estudio y el método de evaluación (Cleghorn et al. 2007). Si bien se ha utilizado un estándar común para la identificación de RG, en este caso, los dientes premolares fueron seleccionados en base al ASUDAS (Scott & Turner II 2000), una herramienta estandarizada común utilizada en antropología que permite establecer de manera más precisa un umbral entre una ligera depresión radicular y un surco típico, superando la falta de precisión en la selección de muestras que podría haber comprometido algunos estudios anteriores. Utilizando este enfoque, un estudio reciente en la población china encontró un porcentaje de frecuencia más alto de RG profundo (18.5%; ASU 3 a 5) (Gu et al. 2013a) que los resultados presentes (14%). Aunque se han observado variaciones respecto al punto de inicio y la profundidad de RG en el primer premolar mandibular (Fan et al. 2008, Liu et al. 2013), su longitud media (8.6 mm; Figura 2) y ubicación (95.7% en el aspecto mesial de la raíz; Tabla 1) están de acuerdo con la literatura (Woelfel & Scheid 2002, Fan et al. 2008, Gu et al. 2013a, Gu et al. 2013b).
El análisis de las características morfológicas del sistema de conductos radiculares es crítico para establecer protocolos de tratamiento adecuados. De esta manera, los algoritmos de micro-CT permiten realizar mediciones adicionales de varios parámetros geométricos (Peters et al. 2000, Versiani et al. 2013), la mayoría de los cuales son imposibles de lograr utilizando métodos convencionales. Desafortunadamente, los resultados de volumen, área de superficie y SMI (Tabla 2) no pueden compararse con la literatura porque no se ha publicado información sobre este tema hasta la fecha. A pesar de que la relevancia clínica de estos parámetros aún está por determinarse, son útiles para mejorar la selección de muestras en futuros experimentos ex vivo (Versiani et al. 2013). En este estudio, el grosor medio de la dentina en el nivel medio del RG varió de 1.0 a 1.31 mm (Tabla 3); sin embargo, también se observaron valores tan bajos como 0.12 mm, de acuerdo con Gu et al. (2013b) que han reportado un grosor de 0.17 mm en las paredes mesiales de los surcos en desarrollo. Por lo tanto, en este grupo de dientes, se ha recomendado una preparación de conformación conservadora con instrumentos pequeños y una irrigación adecuada para eliminar eficazmente los tejidos de este espacio estrechado, previniendo la perforación por deslizamiento (Fan et al. 2012).
La evaluación de los parámetros 2D en el tercio apical indicó que el desbridamiento en este nivel podría mejorarse con instrumentos de hasta un tamaño 35, con un cono .06 (Tabla 2). Sin embargo, la apariencia seccional del conducto radicular (redondez y factor de forma) indica una forma ovalada que, combinada con múltiples orificios, canales accesorios, delta apical y una alta incidencia de configuración en forma de C (Tablas 2 y 4; Figura 3), podría comprometer los procedimientos adecuados de limpieza y conformación (Lu et al. 2006, Awawdeh & Al-Qudah 2008, Gu et al. 2013a, Liu et al. 2013). Se observaron canales accesorios en casi la mitad de la muestra (45.7%; n=32), como también lo reportó Gu et al. (2013a). Entre estos dientes, el 37.5% (n=12) tenía canales accesorios transversales que salían en la invaginación más profunda del surco de desarrollo (Figura 3D). Este hallazgo es relevante en clínicas porque esta estructura anatómica puede permitir la penetración de bacterias desde el bolsillo periodontal hacia la pulpa y viceversa, lo que lleva a una pulpitis o periodontitis persistente (Cleghorn et al. 2008, Gu et al. 2013a). Si estas características anatómicas conducen a un fracaso del tratamiento y se vuelve necesaria la cirugía, estas estructuras adicionales deben ser abordadas. Por lo tanto, un microscopio quirúrgico operativo ayudaría a los clínicos a visualizar mejor el ápice (Lu et al. 2006, Gu et al. 2013a) y puntas ultrasónicas delgadas para incorporar las irregularidades anatómicas, asegurando un sellado adecuado del conducto.
Aunque la mayoría de los premolares mandibulares tienen un canal radicular principal, cuando está presente RG, se pueden observar múltiples canales con una configuración más compleja (Cleghorn et al. 2007, Cleghorn et al. 2008). Desafortunadamente, solo unos pocos autores han descrito el sistema de configuración de los canales radiculares de los dientes premolares mandibulares con RG (Fan et al. 2012, Gu et al. 2013a, Liu et al. 2013). En estos estudios, se ha informado una alta incidencia de los tipos de canales V (26.4% a 65.6%) y I (6.3% a 15%), de acuerdo con los resultados presentes. Por otro lado, la configuración tipo III también se identificó en un porcentaje relativamente alto de los primeros premolares mandibulares (11.43%) (Figura 3E).
La característica anatómica principal de los canales en forma de C es la presencia de aletas o membranas que conectan canales individuales, lo que puede cambiar la forma del canal en sección transversal y tridimensional a lo largo de la raíz (Fan et al. 2008). El conocimiento actual derivado de estudios de micro-CT indica que este espacio de canal en cinta en los primeros premolares mandibulares es frecuentemente excéntrico al lado lingual de la dentina radicular en forma de C, y que el canal en forma de C varía considerablemente en forma a diferentes niveles (Cleghorn et al. 2008, Fan et al. 2008, Fan et al. 2012, Li et al. 2012, Gu et al. 2013a, Gu et al. 2013b, Liu et al. 2013). En este estudio, la frecuencia porcentual de canales en forma de C fue alta (18.57%), pero dentro del rango del 10.7% al 29% reportado en la literatura (Baisden et al. 1992, Sikri & Sikri 1994, Lu et al. 2006, Cleghorn et al. 2007, Awawdeh & Al-Qudah 2008, Fan et al. 2008, Fan et al. 2012, Gu et al. 2013b). Sin embargo, en desacuerdo con un estudio previo en el que se observó un canal en forma de C continuo en más del 16% de la muestra (Fan et al. 2012), en este estudio no se encontró ningún espécimen que contuviera una C completa a lo largo de la longitud de la raíz.
Muchos factores complicantes hacen que los conductos en forma de C en los premolares mandibulares sean difíciles de tratar (Lu et al. 2006) porque esta configuración rara vez se observa en la radiografía (Gu et al. 2013a) y su ubicación puede obstaculizar su detección desde un enfoque coronal (Lu et al. 2006, Gu et al. 2013a). Todos los dientes evaluados en este estudio tenían solo 1 orificio de conducto a nivel coronal (Tipo C4), mientras que se observó la configuración del conducto en forma de C (Tipos C1 y C2) en el tercio medio, en concordancia con informes previos (Gu et al. 2013a, Gu et al. 2013b). Por lo tanto, considerando que esta variación anatómica en los premolares mandibulares no puede ser fácilmente identificada durante el tratamiento endodóntico de rutina (Gu et al. 2013a) o mediante radiografía convencional (Cleghorn et al. 2008), el efecto de su conformación y limpieza en la tasa de éxito del tratamiento endodóntico aún está por ser determinado (Fan et al. 2012).
A pesar de que la resolución de los dispositivos CBCT disponibles no permite una imagen detallada de las finas estructuras anatómicas del sistema de conductos radiculares (Ordinola-Zapata et al. 2017), esta herramienta diagnóstica sería de gran ayuda para los clínicos con el fin de identificar la presencia de RG (Liu et al. 2013). Considerando que los dientes premolares mandibulares con una ranura asociada en la superficie externa de la raíz tienen una alta incidencia de conductos en forma de C y bifurcaciones (Lu et al. 2006, Fan et al. 2012, Gu et al. 2013a, Gu et al. 2013b, Liu et al. 2013), la detección previa de RG sugeriría la presencia de las complejidades anatómicas aquí reportadas. En resumen, los dientes premolares mandibulares con RG de una subpoblación brasileña evaluada en este estudio estaban asociados con una alta ocurrencia de varias complejidades anatómicas, incluyendo conductos en forma de C y bifurcación.
Leyendas
Figura 1. (A) La raíz fue rebanada digitalmente de manera perpendicular en el plano de la unión cemento-esmalte (CEJ), en el ápice anatómico (APEX), en el foramen apical (AF), en la parte superior (RGT), media (RGM) y en la parte inferior (RGB) de la ranura, y en intervalos de 1 y 2 mm coronales y/o apicales al CEJ, AF y planos de RGM; (B) se midieron los planos verticales entre el plano CEJ, el ápice anatómico, los niveles superior, medio e inferior del RG; (C) niveles de medición de la profundidad de la ranura de desarrollo y el grosor dentinario en el medio de la longitud total del RG y en intervalos de 1 y 2 mm coronales y apicales a este punto; (D) La profundidad del RG se definió como la distancia desde el punto más profundo de la ranura (1) hasta el punto medio (2) entre los 2 puntos de tangencia (3 y 4) a la línea de contorno de la ranura; (E) Se realizaron mediciones del grosor dentinario interno y externo desde el punto más profundo de la ranura (1) hasta la pared interna del conducto radicular (5), y desde la pared externa del conducto radicular (6) hasta el aspecto externo de la raíz (7), respectivamente; (F) Las formas de los conductos en sección transversal se categorizaron en 8 tipos según un sistema modificado como C1: “C” continuo sin separación o división; C2: la forma del conducto se asemejaba a un punto y coma resultante de una discontinuidad en el contorno de “C”; C3: 2 conductos redondos, ovalados o planos separados; C4: solo 1 conducto redondo, ovalado o plano en esa sección transversal (C4a: el diámetro del conducto largo casi igual al diámetro corto; C4b: el diámetro del conducto largo era al menos 2 veces más corto que el diámetro corto; C4c: el diámetro del conducto largo era al menos 2 veces más largo que el diámetro corto); C5: 3 o más conductos separados en la sección transversal; C6: sin lumen de conducto.
Figura 2. Distancia media, en milímetros, entre varios puntos anatómicos en el aspecto externo de la raíz de los dientes premolares mandibulares primeros.
Figura 3. Modelos 3D de premolares mandibulares que muestran (A) RG con diferentes profundidades y longitudes en diferentes aspectos de la raíz; (B) canales accesorios en los tercios apical y medio de la raíz; (C) dos premolares con delta apical; (D) un premolar con canales accesorios originados del canal principal y saliendo en la ranura radicular; (E) la distribución de frecuencia porcentual de diferentes configuraciones de conductos radiculares observadas en los dientes premolares mandibulares primeros.
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